El juego y el aprendizaje
El juego está presente en la vida de los pequeños desde bien temprano. A través de este realizan interacciones con el entorno, las personas que lo componen, pero también le sirve para descubrirse uno mismo y desarrollar sus capacidades físicas e intelectuales.
Así pues, cuando un pequeño coge una pelota, no solo se está entreteniendo, sino que está descubriendo las dimensiones de esta, si puede cogerla con las dos manos, si puede tirarla y si la tira dónde va? Habrá alguien que la recoja? Y si esa persona que la recoge le sonríe, qué hará? Y si le dice el color y qué es este objeto? Por qué no vuelve sola la pelota si la lanzo? Dónde va si cae debajo del sofá? Todo esto nos puede parecer simple para nosotros porque disponemos de las respuestas, tenemos el mecanismo de poder averiguar la respuesta y recordar nuestra experiencia vivida.
Por este motivo, aprender a jugar, solo y con compañía,hace que las puertas al aprendizaje del mundo y de uno mismo se abran. La imaginación, el contacto visual con la persona con la que se está jugando y la comunicación no verbal que se establece, la capacidad de poder observar el mismo pequeño que va avanzando, la necesidad de autonomía que muestran, son todas aquellas cosas que algunas veces quedan obviadas, pero que tienen más incidencia en el proceso de crecimiento de los pequeños de lo que puede aparentar.
La evolución del juego en los más pequeños, la curiosidad que presentan ante ciertos juguetes o objetos que pueden ser juguetes para ellos hace que observen, que cojan con una o dos manos, que se lo pongan en la boca, que descubran qué es. Esto hace que se presente un juego diferente en cada etapa en la que se encuentran los pequeños y que, aquellos que antes era un gran descubrimiento, ahora pasa a ser un objeto reconocido y una cosa más con la que a veces se puede jugar. Por eso, es necesario poder ofrecer diferentes objetos, no siempre tienen que ser juguetes comprados, para poder satisfacer su curiosidad. Muchas veces son ellos mismos que hacen la demanda de estos objetos, que en muchas ocasiones son objetos los cuales son mejor que estén bien lejos, y aprender de que se compone el mundo.
Descubrir a qué juegos le gusta jugar de manera individual, a qué personas les gusta tener alrededor, observar cómo va aumentando su curiosidad, qué salidas tiene cuando coge un objeto nuevo…¿a quién no le ha dejado asombrado un pequeño?
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