Nius Digital: Unas navidades distintas
Psicólogos recomiendan aceptar la situación y compartir la ilusión de los más pequeños para combatir el pesimismo esta Navidad
- Los expertos recomiendan evitar connotaciones negativas para definir y hablar de las fiestas navideñas
- Patricia Morales, directora del centro de psicología El Barret: “Hay que entender que todas las limitaciones son por un bien común y que vendrán más navidades”
La Navidad de este 2020 llega marcada por las restricciones para frenar la pandemia del coronavirus. Que estas fiestas no serán como las de años anteriores, es algo que las familias ya han asumido. Las ausencias en la mesa no pasarán desapercibidas y los brindis irán con la vista al cielo por los abrazos que no se dieron.
Nos acucian las ganas de arrancar la última página del calendario. Sin embargo, aún quedan los coletazos finales de este 2020 y los recuerdos de un año, que no habríamos podido ni imaginar, quieren ser un invitado más.
El auge de los contagios en las últimas semanas ha llevado a algunas comunidades a cerrar sus territorios, por lo que muchas familias no podrán reencontrarse en estos días. Además, las limitaciones que fijan un número máximo de personas en las reuniones y la necesidad de proteger a nuestros mayores, se traducen en familias separadas, aun viviendo en la misma comunidad.
Con estos mimbres, es fácil que el desánimo y el pesimismo se instale en los hogares. Diferentes profesionales de la psicología nos ayudan a afrontar del mejor modo una Navidad en la que nada será como siempre.
Aceptar la situación
Según explica Patricia Morales, directora del centro de psicología El Barret, es importante aceptar la situación que se presenta en estos días. “Hay que entender que todas las limitaciones son por un bien común y que vendrán más navidades, que podremos disfrutar. Estas tendrán restricciones, pero al final es por garantizar la salud, que debe primar más que el placer”, señala.
Aunque asumir la realidad que nos rodea en estos días no resulta tarea fácil, los expertos recomiendan aprovechar la experiencia para incluir novedades que nos ayuden a disfrutar de una “versión diferente” de la traición. “Tenemos que pensar en el sentido de la Navidad, recordar otros momentos pasados, aprovechar incluso para incluir tradiciones diferentes”, argumenta la psicóloga Morales.
Entre las novedades que trae este tiempo, una costumbre adquirida durante los meses de confinamiento más estricto: las videollamadas. Acortar distancias a través de internet será para muchos la tónica general de los días más señalados.
Con estas acciones, estaremos buscando opciones diferentes para aprovecharla del modo más satisfactorio. “Si acepto lo que no puedo cambiar, dejo de malgastar mi energía en lamentarme y me vuelco en valorar y agradecer lo que sí que tengo. Propongo hacer una lista de las cosas que siempre has hecho y que sí puedes continuar haciendo este año. Seguro que son más de las que creías”, sostiene Ainhoa Plata, psicóloga terapeuta de adultos y adolescentes.
“Hay que pensar que esto es pasajero. Cada vez se conocen más detalles sobre el SARS-Cov-2 y cómo combatirlo. Estamos más cerca de una posible curación y de que se inicie la vacunación. Siempre podemos encontrar noticias en ese sentido para combatir la apatía. También, hay que limitar la exposición a noticias. Al final, cuando te centras en aspectos negativos dejas pasar todo lo positivo que está pasando a tu alrededor. Pararse a pensar en cómo hemos salido de situaciones complicadas nos ayudará a ver posibilidades”, argumenta Patricia Morales.
“Las restricciones no son un castigo”
Pese a los consejos de los expertos, hay quienes a estas alturas no acaban de aceptar las restricciones y aún piensan en celebrar como en años anteriores. Familias que incluso se debaten en estos días sobre cómo organizar las reuniones sin causar el descontento de parte de la familia. Para la psicóloga Plata, hay personas que no lo aceptan porque lo viven como “un castigo”.
“Debemos de dejar de centrarnos en la renuncia y poner el foco en darle sentido a lo que hacemos. Sustituir el ‘no me dejan vivir la Navidad como yo quisiera’ por ‘mi responsabilidad tiene mucho valor para hacer frente a esta situación’, ‘estoy protegiendo a la que gente que quiero’ ó ‘estoy ayudando a sostener la situación’. No tenemos que ver estas restricciones como un castigo, sino como un gesto de solidaridad, de cuidado y protección hacia tus seres queridos, ¿acaso no iba de eso la Navidad?”
Vivir la Navidad “más auténtica”
Mientras las autoridades recomiendan evitar reuniones numerosas y espacios de gran concurrencia, es momento quizás de aprender a valorar las pequeñas cosas. “Puede que tengamos la oportunidad de
vivir una Navidad más auténtica, donde la prioridad no sean las aglomeraciones en centros
comerciales y las cantidades desmedidas de comida”
“Podemos coger papel y boli y anotar qué es para nosotros la Navidad e idear planes que
simbolicen el verdadero significado de la Navidad. Esta situación puede ser una oportunidad para
incluso mejorar el auténtico espirito Navideño. Ver películas, hacer galletas, decorar la casa con cosas hechas a mano, enviar postales…”, sugiere Ainhoa Plata.
Unas navidades distintas con los más pequeños
De este modo, las próximas semanas pueden servir también para disfrutar con los más pequeños de la casa, que también son conscientes de las particularidades que se deben asumir. Precisamente, en el lenguaje empleado puede estar la clave para facilitar el entendimiento de los niños y niñas.
“Hay adjetivos que ya de por sí implican una connotación negativa, como ‘raras’, ‘extrañas’,
‘anormales’. Entonces, mejor decir que son unas Navidades ‘nuevas’, ‘distintas’, ‘diferentes’… al
final los niños disfrutan de pequeñas cosas y más que nosotros, los adultos. Debemos dejar que ellos nos contagien a nosotros porque al final se ilusionan con pequeñas cosas”.
Si los niños ya significaron un ejemplo a seguir durante los meses de confinamiento y cierre de los centros educativos, pueden volver a darnos la receta para frenar el derrotismo. “Tampoco es algo demasiado extraño para ellos estas restricciones entran dentro de la normalidad que estamos viviendo actualmente. Más que nosotros transmitirles, es dejarnos guiar un poco por ellos y contagiarnos de su ilusión”, añade la psicóloga Plata.
De este modo, puede ser el momento de dar rienda suelta a ese niño que llevamos dentro y volver a recuperar el espíritu navideño. Esa energía capaz de arrancarnos una sonrisa y ayudarnos a hacer balance, poniendo el foco en todo lo aprendido. Tarde o temprano, los abrazos guardados volverán y vendrán más Navidades en las que recordar cuánto nos echamos de menos en aquellos días de 2020
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